

La Plataforma contra el ruido de Almendralejo ha denunciado que varios establecimientos de hostelería no respetan el horario reservado para estacionamientos de vehículos en zonas céntricas y colocan sus sillas y mesas hasta ocho horas antes. Así se ha dado el caso durante el último fin de semana en la calle Cometa, pero de igual forma ha ocurrido en otros lugares en los que bares o restaurantes no respetan el horario que le establece el Ayuntamiento y que se indica en la señalización vertical de las calles.
La plataforma denuncia en declaraciones a HOY que es algo generalizado durante los fines de semana. Lamentan que con la ampliación de los veladores durante la pandemia para que pudieran ampliar aforos los bares se han perdido hasta 30 plazas de aparcamientos en la zona de la avenida de La Paz. Ello repercute no sólo en los vecinos, sino también en los visitantes que llegan de otros municipios para hacer compras en Almendralejo y les resulta muy difícil encontrar aparcamientos. «El abuso de unos al final afecta a otros. Cuando cogemos más sitio del que nos corresponde, afecta más a todos».
Restan visibilidad
Además, denuncian que sillas y mesas de veladores de bares afectan durante todo el horario laboral a las fachadas de establecimientos comerciales o incluso farmacias en toda la ciudad. La consecuencia directa es que le restan visibilidad a los escaparates de muchos negocios e incluso los clientes tienen que sortear las mesas para acceder a algunos locales.
La Plataforma considera que durante la pandemia se benefició a un sector concreto, como el de la hostelería, en detrimento de otros sectores. «Fue una medida temporal para facilitarles el uso de suelo público cuando no se podía utilizar el interior o tenía los aforos limitados». Sin embargo, en muchos casos sigue esa situación. «Tienen su espacio dentro, pero quien limpia y quien arregla el suelo público es la Administración y eso se le está quitando del disfrute a todos los ciudadanos. En algunos casos hay establecimientos que tienen 100 metros cuadrados de suelo público ocupado». Además, denuncian que supone una competencia deslegal con respecto a restaurantes o bares que tienen sus terrazas y atienden al público dentro en su patio o jardín, «y ellos sí pagan el IBI, pero otros no está pagando ese impuesto por el uso del suelo público y es injusto».
«La hostelería es el único sector al que se le ha permitido que saquen sus negocios a la calle, los únicos, ninguno más. Y seguro que también venderían mucho más en la calle los comercios».
Ruido y otros incumplimentos
La otra consecuencia negativa de esas terrazas de bares es el ruido que generan en el vecindario y que molesta a los inquilinos de las viviendas próximas. Por ello, piden que se tenga un ruido controlado y medido por las autoridades. Aseguran que el control sobre el ruido ahora es nulo en estos establecimientos públicos, lo que genera conflictos entre vecinos y entre comercios. A ello se suman otros incumplimientos de la normativa ciudadana relativa a las molestias por ruido, como dejar las puertas abiertas en locales con música alta en el interior, normalmente de madrugada, «locales que se supone que tienen que estar insonorizados y dejan las puertas abiertas, con las molestias que eso ocasiona».
La Plataforma contra el ruido también lamenta que a veces la Policía Local no acude para comprobar las llamadas de vecinos que denuncias situaciones como esta, «y esa inacción está provocando enfrentamientos entre vecinos».
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