
«Cuando pinto no tengo ni calor, ni tengo frío, ni tengo penas ningunas»
La pintora gaditana Eva Lorenzo lleva residiendo varios años en Almendralejo ·
La pintora gaditana Eva Lorenzo lleva residiendo varios años en Almendralejo ·
«¿Que qué siento cuando pinto? Dirás qué es lo que no siento. Cuando pinto no tengo ni calor, ni tengo frío, ni tengo penas ningunas, es como si estuviera en una meditación y no me doy cuenta de nada. Y cuando dejo el pincel, es cuando noto el frío, igual es invierno y estoy desabrigada, pero es que me pierdo en otro mundo. Cuando me pongo a pintar, ya no pienso en nada».
Así describe Eva María Lorenzo Cebrián lo que siente mientras pinta sus cuadros. No ha recibido nunca clases de pintura, es autodidacta. Lo que pinta es porque le sale de dentro y porque lo ha aprendido con décadas de prácticas, pintando innumerables cuadros, no sabe el número «pero son muchos». «Muchos los he regalado y otros los he vendido», ahora reconoce que le gustaría volver a ver alguno de esos que ya no tiene, pero sabe que es difícil, aunque para ella siguen siendo sus obras.
Su estilo de pintura es el realismo, «intento hacer lo que sé, intento hacerlo lo más realista posible». Por ello, alguno de los cuadros que ha pintado han sido retratos.
Sin embargo, su debilidad son los cuadros de animales, «de gatos y de perros, pero más de gatos», de todos los que ha tenido y que aún le siguen dando compañía, como el negro que pasea por su casa con curiosidad mientras recibe la visita del periódico HOY.
Esta gaditana, de Chipiona, llegó a Almendralejo detrás de su hija, que se trasladó a vivir a esta ciudad y de la que quería estar cerca.
Los comienzos no son fáciles a sus 55 años, pero está agradecida a la acogida recibida en esta ciudad adoptiva.
Esa debilidad de Eva por los animales no ha pasado desapercibida para las asociaciones protectoras de animales de Almendralejo. Hace unos años la asociación Refugio Canino de Almendralejo (Recal) le encargó un mural para la perrera municipal que gestionan y otra obra suya luce en una pared del polideportivo municipal Tomás de la Hera. Fue el encargo que se le hizo, en colaboración con el Ayuntamiento, para conmemorar el 25º aniversario de Recal.
Pero como buena gaditana, reconoce que lo que más me gusta pintar es el mar. «Me gusta mucho pintar el agua, porque los paisajes son más libres, y sale así dándole brochazos».
Ahora tiene un marcha un interesante encargo, un gran cuadro del mítico barco Ítaca. Se lo ha encargado la Escuela de Adultos San Antonio para decorar la clase del proyecto de formación de adultos que lleva el mismo nombre.
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