Fernando Javier Ramírez. Agricultor
«Si cuentas las horas y el trabajo, no merece la pena, pero no hay otra cosa»Fernando Javier Ramírez. Agricultor
«Si cuentas las horas y el trabajo, no merece la pena, pero no hay otra cosa»Almendralejo
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Viernes, 26 de julio 2024, 13:26
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Una de las fotografías típicas en Almendralejo en los meses de calor son sus puestos de melones y sandías. Lejos quedan ya aquellas filas interminables de puestos cuando no existía la Autovía de la Plata y la travesía de la N-630 era paso obligado para todos los turistas que visitaban las playas andaluzas. Aunque los tiempos han cambiado las tradiciones se mantienen gracias algunos agricultores. Es el caso de Fernando que mantienen su puesto de melones y sandías junto a una de las rotondas de salida de la ciudad.
–¿Cuánto tiempo lleva vendiendo en puestos de este tipo?
–Pues desde pequeño que comencé con mi padre en la carretera de Sevilla. Desde que tengo uso de razón recuerdo a mi padre vendiendo melones y después he continuado yo.
–¿Y qué ha cambiado?, ¿qué recuerda de aquella época en la que acompañaba a su padre?
–Ha cambiado mucho. Antes era todo mucho más manual que ahora, que con las maquinas, con los tractores, te ahorras mucho trabajo.
–Y su padre era uno de los habituales en la antigua travesía, junto a la plaza de toros.
–Si, allí se puso siempre, aunque también recuerdo cuando ponía su puesto en Monesterio, Santa Olalla del Cala o Fuente de Cantos. No existía la autovía y había mucho más negocio que ahora.
–¿Ahora cuesta mucho más vivir de esto?
–No es que cueste mucho, pero los clientes se han llevado muchos palos por parte de gente que se ha intentado aprovechar poniendo precios muy altos. Ahora funcionamos con clientela fija, no vivimos de la carretera.
–¿Cómo es ese cliente actual?
–Pues gente del pueblo principalmente, que conoce tus productos y que se para camino de casa o del trabajo y se lleva varios melones o sandías.
–A qué precio se puede comprar actualmente.
–Ahora mismo 70 céntimos el kilo en el caso de la sandía y a 90 céntimos el kilo el melón.
–¿Qué diferencia hay con una gran superficie?
–Pues ahora mismo está a unos 79 céntimos y a 1,10 euros respectivamente. Pero yo no veo los precios, es lo que me dicen los clientes. Nosotros también los subimos o bajamos dependiendo de la época y de las ventas.
–Merece la pena la cantidad de horas que pasan en el puesto, con más de 40 grados algunos días.
–Si cuentas las horas y el trabajo, no merece la pena, pero no hay otra cosa y te tienes que agarrar a lo que hay. Si tuviera un trabajo fijo no estaría con los melones y sandías.
–Llega sobre las diez de la mañana y se va a las once de la noche, ¿cómo mata el tiempo?
–Pues ves los coches pasar, ves el teléfono, me entretengo como puedo. Hay horas que no para nadie y horas de mucho trabajo cuando la gente va camino de casa. Tenemos los cuerpos acostumbrados ya al calor y aguantamos hasta cierto punto.
–¿Y cómo es el invierno?
–Muy duro. Las ventas bajan y dedicamos esos meses a plantar de cara al verano.
–¿Cómo actúa la gente si llega a casa y uno de sus productos sale malo?
–Aquí, al cliente que el melón le sale malo o no le gusta, se le da uno nuevo.
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