

Con 26 años, Jesús Salguero reconoce que decidió convertirse en agricultor para sacar rendimiento al patrimonio familiar. Lamenta que las ayudas no llegan o son ínfimas. Además, critica también otros apoyos, como el de la universidad, ya que su hermano y socio está estudiando Ingeniería Técnica Agrícola y no puede asistir a las clases, pero tampoco puede presentarse a algunos exámenes sin ir a ellas.
–Imagino que sin el respaldo familiar no habría dado el paso de hacerse agricultor.
–Claro. Si empiezas desde cero, no eres capaz de llegar a nada. Tienes que empezar con maquinaria o tierras de tu padre, sino no vas a llegar nunca.
–¿Empezó con tierras suficientes?
–No. Entre mi hermano y yo también nos hemos hecho de más. Las hemos comprado, así que nos hemos tenido que meter en bancos y todo y pedir préstamos. Y todo gracias a que tenemos el aval de la familia, porque de ayudas, nada. O te buscas banco o no te salen las cuentas.
–¿Qué ha hecho subir el precio de las tierras, si ha bajado la rentabilidad?
–El alquiler que están pagando las compañías que están poniendo las plantas fotovoltaicas. Lo único que se ponen ahora son placas solares. Ahora aquí en esta zona están poniendo una planta de 2.000 hectáreas. Las empresas de las fotovoltaicas están pagando mucho por tierras aunque sean barbechos, porque ellos hacen las inversiones con todo tipo de subvenciones. Y la gente no quiere trabajar las tierras. Extremadura va a terminar pareciendo un parque solar. Aquí vamos a sembrar hierro. Los agricultores pequeños ya tenemos miedo, somos el último mono.
Altos alquileres
«Las fotovoltaicas están pagando mucho por tierras aunque sean barbechos porque ellos hacen las inversiones con todo tipo de subvenciones»
–Y luego están también los bajos precios de los cultivos.
–Esa es otra. El olivar tradicional está muerto. O pones cultivos que te den producciones altas o no eres capaz de vivir de esto, trabajas para el olivar, no para ti.
–La situación es delicada, ¿no?
–El campo cada vez está peor y estamos cambiando las producciones. Cambiando las viñas y los olivos por otros de variedades como la hojiblanca, que sirven tanto para verdeo como para aceite. Es una variedad que van en cultivo intensivo, de seis por tres y medio y seis por cuatro.
–¿No están metidos en regadío?
–No, porque no nos han concedido permiso. La parte más antigua que tenemos sí tiene riego desde 2004, pero ahora nos piden demasiados permisos y temas burocráticos, y si no salen restos arqueológicos, te lo deniegan por protección ambiental. Sale más a cuenta hacer una charca ilegal y pagar la multa, aún así sale más barato y al menos tienes la charla.
–¿La rentabilidad está muy mal en el campo?
–El año pasado nos pagaron a 30 céntimos con IVA la uva y este año ni se ha vendido a ese precio, pero los carburantes y productos químicos siguen subiendo.
–¿Por qué decidieron comprar tierras tan alejadas de su pueblo?
–Tenemos las tierras en la zona de Montijo Aquí la tierra es más barata y son parcelas más grandes; allí son más pequeñas y están más alejadas entre sí.
–¿Qué consejos daría a quien quiera meterse en esto?
–Que es mejor irte a trabajar por un sueldo, porque los problemas de cabeza son menos y aquí trabajas 365 días al año. Esto pinta muy mal. Nosotros porque estamos muy metidos y hemos comprado casi 50 hectáreas y es mucha la deuda que tenemos y tenemos que tirar para adelante.
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