Un documental para poner en valor el trabajo del agricultor del olivar tradicional en Extremadura

La cooperativa agrícola Viñaoliva va a producir un cortometraje documental para poner en valor el trabajo del agricultor del olivar tradicional de Extremadura, especialmente en la sección de aceituna de mesa.

El documental, denominado 'El sonido del macaco', ya ha comenzado a rodarse en las localidades de Almendralejo, Retamal, Entrín Bajo y Villalba de los Barros.

El trabajo contará con las intervenciones de la gerente de la sociedad cooperativa Montevirgen de Villalba de los Barros y actual presidenta de la Denominación de Origen de Ribera del Guadiana de vinos, María Luisa Regañana; la técnica de exportación en la sección de aderezo en el grupo Viñaoliva Rosana Gallego; o el responsable de la sección de aderezo, Manuel Zambrano, además de con agricultores de olivar tradicional en Tierra de Barros como José Luis Becerra y Eusebio Pérez.

Este documental será estrenado esta primavera y será promocionado en las redes digitales del grupo Viñaoliva próximamente.

Desde Viñaoliva se han planteado como objetivo poner el foco en conseguir que el agricultor siga queriendo mantener su explotación, «sabemos lo que le cuesta y lo que necesita para seguir cultivando un olivar de manera tradicional, por tanto le damos valor a lo que ellos producen y a lo que ellos hacen buscando la mejor salida, tanto a nivel nacional como internacional».

Según Rosana Gallego, técnica de exportación en la sección de aderezo del grupo Viñaoliva, hay que defender la calidad del producto e incidir en dar transparencia para que el consumidor la sienta.

Por otro lado, el responsable de sección de Aderezo ha destacado que hay que incentivar el consumo de los productos extremeños para darle mayor valor y que todo el mundo aprecie cómo se produce y cómo se trabaja en Extremadura.

El director del documental, Alberto Calvo, ha señalado que lo que busca es transmitir a los mercados y al consumidor final que la aceituna de Extremadura, y en especial la de Tierra de Barros, se recoge a mano y se transforma con un proceso tradicional para que adquiera ese valor añadido ya que es el sustento de muchas familias en Extremadura.