

javi pérez
Domingo, 31 de octubre 2021, 13:02
Partido de poder a poder entre dos equipos corajudos, pero con mayor ambición en el Badajoz. El Extremadura parecía dejarse llevar, contuvo bien las acometidas blanquinegras, pero paradójicamente cuando más apretaba acabó claudicando ante la fe y la insistencia pacense. Los azulgranas acusaron más las numerosas ausencias en ambos equipos, especialmente los galones y el peso que supone Kike Márquez.
El derbi de la cordialidad no está teniendo suerte últimamente. El mal tiempo y el puente deslucieron en las gradas un partido único. Probablemente el derbi más puro y festivo que exista entre dos aficiones hermanadas. Una pena. Tampoco llegaban los dos clubes en sus mejores circunstancias a nivel institucional. Bien diferente al plano deportivo donde ambos equipos se agarran a su corazón para honrar al escudo y animar una categoría ya de por sí muy competida. Porque sobre el césped brindaron un gran espectáculo a pesar del aguacero para disfrute de los 4.000 valientes que desafiaron la tarde de lluvia. Y es que el amor a los colores cala hasta los huesos.
El Badajoz salió en tromba y en unos primeros seis minutos frenéticos dispuso de hasta tres ocasiones clarísimas. La primera en un centro de Concha al que llega Dani Fernández como un rayo al segundo palo y que Casto sacó con una mano prodigiosa. Curiosamente fruto de una contra precedida de un resbalón de Miguel Núñez atrás que le pudo costar un disgusto. De ese córner, Gorka Santamaría remataría de cabeza al palo. Y a continuación Sergio Benito se plantaba ante Casto e incomprensiblemente salió lamiendo el poste. El equipo de Óscar Cano mandaba en el partido. Al Extremadura le costaba encontrar una salida limpia. No se sentía cómodo. El campo estaba muy rápido y cualquier error podía costar caro. Los blanquinegros ganaron el pulso en la anticipación, pero como en sus dos últimas citas perdonaron en el primer acto y no pudo mover el marcador. El equipo de Manuel lo intentaba con incursiones de Pastrana y Vargas, pero sin inquietar a Gonzalo Crettaz. David Concha y Dani Fernández fueron una auténtica pesadilla para los azulgranas en las bandas. De sus botas salió lo mejor del cuadro pacense y el principal peligro. El detalle de clase lo firmó Isi Gómez con un control imposible a media vuelta del que salió a la frontal y buscó puerta, pero su disparo cruzado se marchó alto. Si la llega a enchufar sale a hombros del Nuevo Vivero. Dani Fernández entraba como quería por el flanco diestro. Imposible de parar. Barri también se animó al ataque sin suerte. El Badajoz lo puso todo para ponerse por delante y desperdició un sinfín de ocasiones ante un Extremadura entregado.
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