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García Camacho junto a uno de los olivos dañados por el aire expulsado por cañones de las balsas de decantación. g. c.
Denuncian que partículas evaporadas de las balsas de la alcoholera dañan 98 olivos

Denuncian que partículas evaporadas de las balsas de la alcoholera dañan 98 olivos

Viñaoliva, por su parte, dice que ha dejado de usar los cañones ventiladores y cree que los olivos se recuperarán, pero habla de «chantaje»

Sábado, 29 de enero 2022, 14:23

El olivar que tiene Manolo García Camacho en la carretera de Arroyo de San Serván está junto a la alcoholera que construyó la cooperativa Viñaoliva en 2009 y se encuentra a unos cinco kilómetros de Almendralejo. Al principio no hubo problemas, pero hace unos seis años este agricultor vio que había cuatro olivos afectados por un vertido de la fábrica. Al reclamar los daños, obtuvo una indemnización y la cosa no fue a más.

Pero en la primavera del año pasado, en el mismo olivar, Manolo vio que los árboles más cercanos a la alcoholera y ubicados justo enfrente de las balsas de decantación de los vertidos de la fábrica, que se ubican cruzando la carretera y a escasos 30 metros, comenzaron a tener un aspecto cada vez más desvalido. Pero ya no eran cuatro, sino 98 los afectados. Y esta vez el problema no eran los vertidos, sino los aires contaminados.

Este agricultor ha confirmado a través de técnicos que el motivo son los seis cañones ventiladores de las balsas de decantación, cuya finalidad es hacer que las aguas desechadas procedentes de la planta se evaporen más rápidamente y sólo queden los residuos.

Los técnicos consultados por García Camacho apuntan a que el aire procedente de la evaporación de las balsas se ha desplazado, con la ayuda de los cañones ventiladores, a la zona anexa, donde él tiene los olivos. Y con él las micropartículas. «Al principio vio un par de olivos afectados y no sabía de qué podía ser y ya en mayo o junio había muchos más olivos dañados y me puse en contacto con el presidente de Viñaoliva y más tarde con el gerente, porque cada vez había más árboles y ahora hay 98 olivos afectados».

A simple vista se puede observar que los olivos tienen la mayoría de las ramas sin hojas y las aceitunas que quedan en el árbol, y que no se han podido coger, son muy escasas.

Tras levantar acta notarial del estado de los olivos, García Camacho ha reclamado a la alcoholera medidas y una indemnización. «Yo pedía que pararan la actuación y luego una indemnización. Pero de hecho no pararon, porque estuvieron hasta el mes de septiembre con los cañones funcionando y después me reuní varias veces con ellos. Al final yo tenía interés en vender el olivar, porque veía que se estaba depreciando la finca al ser la segunda vez que tiene problemas con Viñaoliva, pero no llegamos a un acuerdo en el precio y decidimos centrarnos en la indemnización por los daños». Pero tampoco hubo acuerdo con la indemnización.

Ante esa actitud, este empresario agrícola ha decidido poner denuncias ante el Seprona de la Guardia Civil y a la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura. «Allí me animaron a presentar la denuncia, porque no es la primera vez que hay quejas con Viñaoliva por vertidos».

Error

Por su parte, el presidente de Viñaoliva, José Luis Gordillo, consultado por HOY, asegura que los cañones llevan instalados más de diez años en las balsas, desde que se construyó la alcoholera, y nunca ha habido problemas. «Digamos que se han dado una serie de circunstancias que han provocado esta cuestión fatídica». Entre ellas, cita la falta de lluvias y unos aires predominantes, pero asegura que los cañones se cambian de posición periódicamente y nunca funcionan todos a la vez.

«Nosotros hemos cometido un error y se ha producido un daño. Lo reconocimos inmediatamente, pero también te digo que los cañones pararon de funcionar en cuanto supimos que había ese daño».

Además, apunta a que se le ofreció al agricultor una indemnización, que rechazó. Y también se le ofreció que fuera un mediador el que estableciera los daños de las cosechas perdidas hasta que se recuperaran los olivos, «porque nosotros estamos seguros de que el olivar se va a recuperar y de hecho ya se ven que todos están brotando».

Respecto a la indemnización, adelantó a HOY que se le ofrecieron hasta 150.000 euros por los daños, «pero nos dijo que no». «Nos pidió una cantidad que es una barbaridad y no podemos pagar. Lo que ha intentando a partir de entonces es chantajearnos».

Permisos

Sobre los cañones de aire de las balsas, este agricultor apunta a que sospecha que estos cañones no tengan los permisos medioambientales para su instalación junto a las balsas, «porque es una máquina un poco sofisticada en el sentido de que está rodeada de cultivos productivos y puede dañar no sólo a los árboles, sino a la aceituna, que si se vende puede ser que tenga algún problema para el consumo», advierte.

Algo que desmiente el presidente de Viñaoliva, quien asegura que se instalaron cuando se puso en marcha la industria en 2009. Además, «no necesitan ningún tipo de licencia especial para tenerlos, porque se considera un proceso de la misma fábrica». Además, cuentan con la homologación que le da el fabricante de los aparatos, que, defiende, son utilizados en muchas empresas, «no es una idea nuestra», zanja. Lamenta Gordillo que muchos «pretenden sacarle dinero a Viñaoliva, porque la ven potente», a pesar de que asegura contar con todos los permisos necesarios para realizar la actividad que ejercen.

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