Almendralejo
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Domingo, 18 de agosto 2024, 09:22
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Había anunciado la Policía Municipal de Almendralejo un dispositivo especial de cara al concierto de Robe Iniesta que incluía la prohibición de aparcamiento en muchas calles próximas al lugar del concierto y la imposibilidad también de circular con vehículos en un perímetro que incluía varias vías pegadas al polideportivo. Solo se cumplió lo primero durante las horas previas a la cita musical del verano en la ciudad. No se podía aparcar pero si circular sin prácticamente restricciones. Y la culpa era del tiempo. Con 37 grados de temperatura a falta de diez horas para el inicio del concierto las colas no existen y en las inmediaciones del polideportivo de Almendralejo solo están los operarios que ultiman los preparativos para que la entrada de las más de 9.000 personas que han comprado su entrada sea lo más fluida posible.
Lo único que delata en las horas previas que allí se celebrará un concierto es ver a un grupo de amigos, procedentes de Madrid y de Mérida, que ataviados con sus camisetas de Extremoduro intentan aprovechar la sombra que proyecta un pequeño árbol para evitar los rayos de sol. Ellos y ellas son los primeros de una cola que no existe para un concierto que concentra a fanáticos que no necesitan luchar por ser los primeros de la fila para disfrutar de su líder. No hay zona VIP y todos los seguidores son tratados por igual.
Nadie recuerda una visita anterior de Robe como Extremoduro a Almendralejo, aunque gente cercana si reconoce sus visitas particulares a casa de Álvaro, su teclista, que junto Carlos ponen el protagonismo que tiene Almendralejo dentro del grupo.
A las 18:30 horas, a tan solo 85 minutos de que abran las puertas, Ruth, Itziar, Celia, Gabriel y Beatriz, nuestros protagonistas de la mañana, ya están en la cola que se ha ido formando junto a la tapia del polideportivo. Ahora allí da la sombra, aunque el calor sigue siendo insoportable. Mojarse pelo y cuello, y regarse por dentro con alguna que otra cerveza, son los únicos recursos para bajar la temperatura corporal.
A las 22:00 horas, las más de 9.000 personas que han pagado los 45 euros para ver el concierto están dentro. Los artistas son ahora puntuales y en la mayoría de ocasiones más vale entrar con tiempo y evitar posibles aglomeraciones en las puertas que provoque perderse alguna canción. Robe sale al escenario (tras 25 minutos de espera) y saluda, la temperatura es algo menor, pero igual de alta a esa hora que la mayoría de los días anteriores. Suenan los primeros acordes y ya se lleva mejor el calor. Con media gira aún por delante, Robe no defrauda y se despide de nuevo de su Extremadura después de tres noches mágicas.
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