La Comunidad de Labradores exige oficializar los costes de producción de la uva y la aceituna

La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo exige a la Junta de Extremadura que oficialice los costes de producción de la uva y de la aceituna de esta temporada.

La organización agraria de Almendralejo, asociada a APAG-Asaja, acusa al Gobierno extremeño de «inacción» ante lo que califican de «desastrosa campaña» por los precios que se han dado y critican a su vez la labor de la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) que «llevaron a los agricultores a vender a pérdidas sus productos», apuntan.

A su juicio, tampoco la modificación de la Ley de Cadena Alimentaria impidió las ventas por debajo de los costes de producción, cuando este es uno de los objetivos fundamentales del texto legal, recuerdan.

Ello ha provocado, indican las mismas fuentes, «unas pérdidas inasumibles al agricultor, que además se ve asfixiado por la escalada de los precios de los insumos en la actividad agraria».

Además, animan a la Junta de Extremadura a hacer un estudio de los costes de producción de estos dos sectores «y, si quiere, que después corroboren esos resultados con un estudio socioeconómico elaborado por los propios técnicos de la Universidad de Extremadura, como los realizados en los subsectores de la ciruela y la cereza, cuyos informes ha hecho públicos recientemente la consejera de Agricultura, Begoña García Bernal».

La asociación valora, tanto los informes sobre los costes de producción, viabilidad e incidencia económica realizados por la consejería de Agricultura y la Universidad de Extremadura y los anunciados por la propia consejera para el tomate y el tabaco.

Por ello, reiteran su petición «para que se agilicen los estudios de costes de producción de la uva y la aceituna, ahora que estamos más que a tiempo».

En opinión de esta organización, si el Gobierno extremeño «tuviera la voluntad política de defender los intereses de los agricultores», además de llevar a cabo esos estudios se plantearía el hecho de que los costes de producción del vino y el aceite fueran costeados «por toda la cadena de abajo hacia arriba».